La división del trabajo ha supuesto una especialización del mismo, aprovechando mejor las habilidades y conocimientos de la persona trabajadora, lo que supone un aumento de la productividad.
La organización del personal en una empresa se realiza normalmente por áreas, departamentos y puestos.
Adicionalmente, las empresas suelen contar con “niveles”, que determinan la jerarquía, y con escalas de retribución (bandas salariales), que estipulan los salarios conforme a puestos o niveles. Podemos definir un departamento, como una agrupación de personas que tienen en común una serie de objetivos, funciones o áreas.
Las funciones que se desarrollen en una empresa dependerán de la dimensión de la misma y de su actividad, entre ellas nos encontramos:
- Función técnica o productiva: Lleva a cabo la producción de bienes o servicios a través de una serie de procesos o actividades.
- Función financiera: Proporciona recursos económicos y financieros a la empresa al menor coste posible. Lleva a cabo la búsqueda de recursos económicos y estudios de rentabilidades.
- Función comercial, marketing, ventas: Pone a disposición de los clientes los productos.
- Función administrativa: Lleva a cabo la administración y control documental y telemático de todas las actividades de la empresa.
- Función de Recursos Humanos: Lleva a cabo la selección de los empleados, contratación, formación y motivación, así como el desarrollo profesional dentro de la empresa.
La estructura organizativa es aquella distribución de recursos que se adecúa a la estrategia, los procesos y la cultura de la compañía. La estructura organizativa de una empresa se representa visual y gráficamente a través del Organigrama.
En él se reflejan las áreas y niveles de la empresa, así como las relaciones jerárquicas y funcionales entre ellas.
El organigrama, es una representación gráfica de las relaciones de autoridad formal y de división del trabajo que además permite:
- Articular las distintas funciones.
- Destacar los distintos puestos y posiciones.
- Establecer cuáles son las líneas de comunicación formales y conexiones entre puestos.
- Ver de forma inmediata y resumida la manera en que se estructura la empresa.
- Conocer las relaciones entre los puestos de trabajo.
No existe un organigrama “tipo”, cada empresa tiene el suyo propio.
Para que un organigrama sea útil, ha de reunir las siguientes características:
- Ser fácilmente comprensible.
- Presentar los elementos importantes de la empresa, sus departamentos y secciones.
- Mostrar correctamente la jerarquía existente en la empresa.
